Comentario
Tres tipos principales de edificios levantaron los mayas: templos, palacios y juegos de pelota, todos ellos de piedra. La base del templo es lo que suele llamarse "pirámide escalonada" o construcción superpuesta de varias plantas tronco-piramidales o cuadrangulares. Esta base no es propiamente el templo, que está constituido por un edículo o "casa" con una o más puertas, a la que no entraba el aire y la luz más que por ellas. No hay ventanas. La cubierta -por el sistema ya indicado-, exteriormente, es distinta en el período clásico y en el yucateco: en el primero reproduce en piedra las cuatro vertientes de la choza, mientras que en el yucateco es completamente vertical. Otra diferencia importante es el "peine", al decir de los arqueólogos locales, o crestería, que corona los templos clásicos, al tiempo que este aditamento desaparece en el segundo período. La decoración del exterior de las paredes es de relieves o materiales constructivos en el período clásico y de cabezas del dios Chac, de enormes proporciones, con narices ganchudas, en el del Yucatán.
También la pirámide es distinta. Los templos de Palenque, Tikal y otras ciudades clásicas tienen una sola escalera frontal de acceso a las puertas del templo, y en el Yucatán -como el famoso "castillo" de Chichén Itzá- aparecen las cuatro escaleras, una por cada frente, del plano tolteca.
Palacios hay, e importantes, en los dos períodos, siendo probablemente más bellos los del Yucatán. El sistema constructivo, sin embargo, es el mismo del templo, pero formando largas naves, con muchas puertas, y levantando varios "pisos", aunque esto no debe tomarse literalmente, ya que los superiores no descansan sobre los inferiores, sino que están retranqueados y poseen firme propio sobre que asentarse. Son lo que los arqueólogos han llamado, indebidamente, "acrópolis". Son especialmente notables el Palacio de Palenque, con una torre, única en su estilo; el del Gobernador y el Cuadrángulo de las Monjas, en Uxmal. Uxmal es la sede de la vieja tradición clásica, quizá porque allí llegó la primera emigración ("pequeña bajada") procedente del Petén, en el siglo X.
Los juegos de pelota son construcciones singulares, realizadas sobre la misma planta en los dos períodos (una doble T), pero con una notable diferencia. En el tiempo clásico las paredes laterales están inclinadas y sobre ellas hay cabezas de papagayos que tenían la función de "contadores" de los tantos, mientras que en el período yucateco -y el ejemplo más representativo es el de Chichén Itzá- las paredes son verticales y tiene cada una un aro de piedra por el que había que pasar la pelota. Este es el mismo sistema de los mexicanos.